
Mañana en la batalla piensa en mí
y caiga tu espada sin filo.
Pese yo mañana sobre tu alma.
Sea yo plomo en el interior de tu pecho y acaben tus días en sangrienta batalla: caiga tu lanza.
Piensa en mí cuando fuí mortal: Desespera, y muere.
Espectro de Clarence, acto V escena III
Ricardo III.